También se le llama silogismo truncado, dado que alguna de las premisas (o la conclusión) están suprimidas por considerarse obvias o que pueden inferirse fácilmente. Etimológicamente significa "ya en la mente" (del griego enthumema).
Aristóteles consideraba el entimema el recurso retórico por excelencia, pues se basa en verdades "ya en la mente" de la audiencia, es decir, verdades ya en la memoria colectiva (los topoi o lugares comunes).
Un ejemplo de entimemas son los refranes --los cuales dejan la conclusión o consecuente a cargo del interlocutor (quien se espera que lo obtenga por generalización). El refrán es el antecedente del silogismo, pero el consecuente es omitido o suprimido --pero éste ya está en la mente del interlocutor por el simple hecho de ser miembro de una comunidad cultural.
"Hay veces que un ocotito provoca una quemazón" tiene como conclusión el efecto mariposa: causas pequeñas (a veces) tienen efectos gigantescos.