Hace varios días falleció el Prof. José Muñoz Delgado, fundador de MaTeTaM, en el Hospital de Cardiología 34 del IMSS en la ciudad de Monterrey, NL.
El Prof. Muñoz era un hombre entregado al estudio y al uso de la lógica, siempre buscaba impulsar estos valores en sus estudiantes y sus hijos. Ingeniero de formación, con maestría en comunicación y autodidacta, logró instruirse a sí mismo en matemáticas avanzadas y filosofía.
Su pasión por las Matemáticas y por difundirlas lo llevó a tomar la dirección de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas de Tamaulipas de 2007 a 2009, logrando los dos mejores lugares que ha tenido la delegación de Tamaulipas: lugar número 11 en 2007 y número 8 en 2008.
Todos los que tuvimos la oportunidad de conocerlo, pudimos apreciar un hombre con ideas claras y firmes. Siempre honesto y directo como buen norteño. Era siempre interesante escuchar sus conversaciones muy bien fundamentadas y estudiadas, rara vez se le oía hablar al tanteo y cuando lo hacía era para hacer burla de aquellos que tenían la mala costumbre de hacerlo.
Matetam tiene la fortuna de contener varias de sus opiniones en versión electrónica; críticas a favor y en contra de las reformas educativas, explicaciones esclarecedoras sobre varios conceptos de Matemática Educativa que nos ayudaban a los inexpertos a poder entender un poco lo complejo de este tema. Pero sobre todo, dejó valiosas explicaciones que narran los razonamientos deductivos que lo llevaron a encontrar la solución a muchos problemas avanzados de matemáticas. Todos sus escritos son de agradable lectura, pues gozaba de un léxico amplio y un humor muy característico, que hacía parecer graciosas escenas que podrían desesperar a muchos.
Instruyó a muchos estudiantes en la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAMCEH-UAT). Y sobre todo, en dicha unidad, entrenó y se encariñó con sus estudiantes de la Olimpiada de Matemáticas. Aunque en 2009 renunció a su posición de delegado nunca dejó de apoyar a sus estudiantes en todo lo que pudiera: no dejó de entrenar, diseñar exámenes, calificar, organizar y de buscar apoyos.
Deja a una esposa, tres hijos, dos yernos (que éramos como sus hijos) y tres amados nietos. Le extrañaremos y mantendremos viva su memoria.
¡Descanse en paz Profe Muñoz!
¡Descanse en paz querido suegro!