Noam Chomsky distinguió, en el campo de la lingüística, entre competencia y desempeño (performance). En su libro de 1965 Aspects of the Theory of Syntax, Chomsky define la competencia lingüística como el conocimiento que el individuo posee acerca de cómo hablar un idioma o lenguaje. Mientras que el desempeño lingüístico es el habla real y en contexto del individuo.
De esta manera, el desempeño es la manifestación de una competencia. Y, sin embargo, el desempeño lingüístico puede incluir errores, puede no ser muy bueno, a pesar de una muy buena competencia del hablante. Es decir, el desempeño es un indicador de la competencia: un buen desempeño apunta a una buena competencia.
En general, el performance (que a veces se traduce como actuación) es la acción orientada a un fin u objetivo y se mide por el resultado de esa acción o acciones. Es decir, por qué tanto se acercó el resultado de esa acción al fin intentado. En otras palabras, por el grado de éxito (o fracaso) que su acción logró. El resultado o producto de la acción es, ya sea un servicio o un bien que el individuo entrega a otros o a sí mismo.
Pero el performance ocurre en un contexto (en la escuela, el hogar, el trabajo, etc.), en un medio ambiente, sobre el cual el individuo no tiene ningún control. No hay control sobre el medio ambiente, pero sí influye en el desempeño. El medio ambiente impone restricciones que no hay más que acatar y adaptarse a ellas (si está lloviendo te llevas el paraguas o no sales).
La cuestión de la medida del desempeño está asociada a la cuestión de la calidad, ya sea que uno mismo establezca las expectativas de calidad o sean otros quienes lo hagan. Es en este sentido que se habla de desempeño competente o incompetente o mediocre.
Las competencias, entonces, deben ser entendidas dentro del concepto más amplio de desempeño (performance). Deben ser vistas como herramientas que las personas usan para tener un desempeño ejemplar. En el caso de la educación serían los conocimientos y habilidades (y actitudes, modos de razonamiento, roles sociales, rasgos de personalidad, etc) con las que cuenta el estudiante para un desempeño exitoso en el sistema educativo. Las competencias serían las causas del efecto desempeño ejemplar. (En otra oportunidad hablaré sobre el hecho de que el estudiante puede aprender casi nada pero sí que es competente para moverse en el medio ambiente del sistema escolarizado.)
Un ejemplo que se usa con frecuencia en el caso del aprendizaje, es el tránsito de novicio a experto. El experto es quien tiene competencias superiores y la meta del novicio debería ser apropiarse de ellas para llegar a ser como el experto. Las competencias son así las características personales que han sido probadas como las que conducen a un desempeño superior.
Pero, como en el caso del experto, muchas de esas características, conocimientos, habilidades, actitudes, permanecen ocultas, no se manifiestan en la conducta cotidiana del experto. El experto es experto porque tiene un desempeño superior en el campo de su experticia. De ahí el interés en descubrir cuáles son esos rasgos, esas características personales del experto, que lo hacen experto. El tema ha sido estudiado mucho en las ciencias cognitivas, desde el estudio pionero de los jugadores de ajedrez (deGroot, 1946 --ver http://en.wikipedia.org/wiki/Adriaan_de_Groot). La pregunta de de Groot es muy simple: ¿cuál es el proceso de razonamiento que lleva a un ajedrecista a mover una pieza y no otra?
Los descubrimientos de de Groot son ahora de sentido común: hay 4 fases, en la primera el ajedrecista evalúa la situación y adquiere una idea general de qué hacer enseguida; le sigue una fase de exploración de las consecuencias de posibles movidas (exploración del árbol de posibilidades); entonces elige una probable mejor movida y la investiga más a fondo (fase de investigación), para finalmente, en la fase de prueba (proof phase) tomar la decisión.
Estas etapas de de Groot se investigaron porteriormente en el contexto de otras áreas de la actividad humana donde una tarea cognitiva compleja debe ser ejecutada. Y ese es el caso de la solución de problemas matemáticos o lógicos, los cuales fueron investigados por H.A. Simon en Human Problem Solving, un libro en que da cuenta de sus investigaciones en los procesos de razonamiento que están por detrás de la tarea humana de solución de problemas.
Contrario a las opiniones de los expertos en educación matemática, de Groot --y Simon también-- encontró que la memoria juega un papel muy importante en la decisión de mover una pieza en el ajedrez. Sostuvo de Groot que, en ajedrez, no hay movidas nuevas. Y por ello el estudio en casa de partidas famosas y el de las propias es de gran importancia, porque las movidas de los grandes maestros y las propias de juegos pasados pueden ser traídas a presencia en el momento de tomar la decisión de mover una pieza en una partida real. No es necesario elaborar un argumento complicado para ver la analogía entre la decisión de mover una pieza en el juego de ajedrez y la decisión de cómo resolver un problema de concurso en las olimpiadas de matemáticas.
Pero volvamos a las competencias. Las competencias, decíamos, son como herramientas. Pero son herramientas que se adquieren y se desarrollan, a veces de manera muy lenta y, en otros casos, nunca se adquieren. Si nos hace falta un martillo se lo pedimos al vecino o, si es posible, sustituimos la función del martillo con una piedra u otro objeto pesado y duro. Pero si nos falta un taladro ya es más difícil sustituir su función con otra cosa y tenemos que pedírselo al vecino o conseguirlo de alguna forma. En el caso de las competencias, hay algunas que son casi imposibles de adquirir --por motivos de temperamento individual. Ejemplos: la motivación de logro, la perseverancia, la paciencia,...
Notemos también que con las herramientas hay dos partes: tenerlas y saber usarlas. En ausencia de una de ellas, de nada nos sirve la otra. Y hay una tercera: saber usarla de manera pertinente. Es decir, usar la herramienta de acuerdo a la situación. Es necesario elegir la herramienta de acuerdo a la situación. Y esta capacidad de sabia elección es ya otra competencia --una meta-herramienta que guía al usuario para elegir la herramienta adecuada y así tener un desempeño superior.
En resumen, las competencias son como una caja de herramientas, pero para que el propietario tenga un desempeño ejemplar debe saber usarlas y saber cuando usarlas de acuerdo a la situación problemática que tenga que resolver.
Con estas notas sobre competencias he querido aclarar para mí mismo el significado del término que se ha puesto de moda repentinamente en México debido a la Reforma Integral para la Educación Media Superior (RIEMS). Y de paso hacer quizá una contribución a la comprensión del término para los usuarios de MaTeTaM.
Losa saluda
jmd