Sobre la exención de impuestos en colegiaturas

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Me han preguntado varias veces en los últimos días sobre mi opinión acerca del decreto del presidente Calderón sobre la exención de impuestos en colegiaturas. No he dado ninguna lo suficientemente informada pues no conozco a detalle el decreto, y de hecho no lo voy a leer pues tengo otras prioridades. Pero, además, aún cuando lo estudiara y pudiera dar una opinión informada, mi papel de opinador sería percibido por los demás como el de uno más dentro del numeroso grupo de opinadores.

Lo que he opinado es que me parece, en principio, una buena decisión del presidente. Y he tenido que aclarar en qué sentido es buena. Los criterios en que me baso son los siguientes:

  • Los padres de familia tienen el derecho de elegir la escuela donde estudiarán sus hijos;
  • pero si eligen la educación privada no se están beneficiando del apoyo estatal a la educación pública (es decir, tienen que pagar por esa educación privada); 
  • el decreto es un incentivo para mejorar la educación en México (tanto la pública como la privada) pues la demanda ya no estaría atada por los costos y así, en principio, el monto de la demanda se acercaría en el largo plazo a la demanda real --para los padres de familia será ahora mucho más fácil manifestar su preferencia sobre el tipo de educación que quieren para sus hijos.

Por otro lado me apresuro a aclarar que, como sabemos, los mexicanos somos especialistas en "hacer queso" cualquier idea por muy buena que sea. Basta recordar a la CONASUPO, el IFE, las certificaciones ISO para empresas y universidades, los pilones del SNI, el PROMEP, la carrera magisterial, etcétera, etcétera.

Así que, como efectos perversos del decreto sobre exención a colegiaturas, se podría esperar que

  • las escuelas privadas eleven las colegiaturas (si, como se espera, aumenta su demanda),
  • pongan estándares de desempeño más altos para los alumnos que deseen ingresar a ellas (lo cual no es necesariamente perverso, a menos que la selectividad alguien la pueda ver con malos ojos),
  • una tendencia a la privatización de la educación (si es que la demanda de la educación privada crece demasiado) y
  • una presión al gobierno para que la privatice a través de la construcción de un discurso con el argumento central de que "se ha demostrado que la privada es mejor",
  • etcétera, etcétera. 

En los medios han aparecido, sin embargo, lecturas oposicionales a tal decreto. Una de ellas --quizá izquierdo-representativa-- es la de José Narro Robles (rector de la UNAM). Según una nota del Universal (http://www.eluniversal.com.mx/nacion/183779.html) el rector de la UNAM

"dijo que con la mitad de los 13 mil millones de pesos que significarán esas exenciones fiscales se habrían podido duplicar las oportunidades en la educación superior entre los jóvenes para la próxima década."

El mensaje básico sería: "los 13 mil millones se los estás quitando a la educación pública" Ante este argumento, uno puede calificarlo de absurdo sin más y abandonar ahí toda la cuestión.

Pero ¡eso es precisamente lo que la mayoría de las personas no puede hacer! (Dado que es Narro Robles y es de izquierda --si es que el término izquierda todavía tiene algún sentido.)

Porque si dices que el decreto es bueno (lo que sea que esto quiera decir) entonces eres considerado como elitista y discriminador de los pobres; y si dices que es malo, estás traicionando el pensamiento crítico y racional.

La opinión de Narro Robles refleja (y promueve en la población menos educada) un razonamiento escindido, el cual se ha generalizado en el mundo contemporaneo. Es un ejemplo de lo que se denomina doble atadura (double bind) dentro de la comunicación paradójica. Enseguida un ejemplo tomado de la literatura en psicoterapia:

La mamá manipuladora le compra a su hijo dos camisas. Al otro dia el chico se pone una de ellas (digamos la azul). Y la mamá le pregunta (con semblante triste): ¿No te gustó la otra, mijo?

Desde el punto de vista racional, uno puede juzgar como absurda la pregunta y terminar allí toda la discusión. ¡Pero eso es precisamente lo que el hijo no pude hacer¡ (Porque su mamá ¡no puede ser estúpida¡ ¡y tampoco perversa!). 

¿Qué tenemos aquí? Lo que tenemos es una prohibición tácita (es decir, implícita y al nivel afectivo) para tematizar la pregunta de su madre. Es decir, una prohibición para juzgarla o para reflexionar sobre ella. Y lo peor del asunto, lo que hace que tal prohibición conduzca a conductas psicopatológicas, es que tal prohibición o auto restricción permanece por debajo del nivel de la conciencia. 

Por esa razón, la jugada de la madre (representada por la pregunta) es la criminal (en el sentido ajedrecista): el hijo esta en posición perdedora, es decir, pierde en todos los casos, juegue lo que juegue. 

El resultado de toda la interacción tiene un efecto psicopatológico en el niño. Le retuerce el cerebro y lo deja sin respuesta racional, transfiriéndola al nivel afectivo (posiblemente en la forma de un sentimiento de culpa). 

A este tipo de situaciones que se dan en la interacción humana, principalmente en el ámbito familiar debido a los lazos afectivos entre sus miembros, se les llama "doble atadura" (double bind), un término acuñado por el psicólogo y filósofo Gregory Bateson: aunque el mensaje del emisor carezca de sentido lógico, el receptor no puede evitar reaccionar a él, pero la reacción no puede ser nunca la apropiada pues no existe una respuesta apropiada.

El decreto del presidente Calderón sobre la exención de impuestos en colegiaturas, asigna indirectamente x millones a la educación privada (por exención de impuestos).

Hasta aquí no se puede hacer ningún juicio negativo de valor. Pero, gracias a la oposición pública/privada, el rector de la UNAM dice, más bien pregunta: ¡por qué no se los diste a la educación publica! o, equivalentemente, ¡le estás quitando esos x millones a la educación pública! ¿Tiene este reproche algún sentido? Lo dejo como ejercicio filosófico para el lector...

Los saluda

jmd

PD: La declaración de Narro Robles se puede analizar desde la perspectiva lingüística. De la afirmamción "la puerta está cerrada" no se sigue ninguna implicación lógica (bajo el estándar de la lógica de predicados). Pero dicha en contexto, tiene connotaciones que representan juicios de valor. 

Hay una broma acerca de un niño que se encontró en la plaza con un matrimonio amigo de sus padres. Después de intercambiar algunas palabras, la mujer le dice: "eres tan inteligente como tu mamá"; y el hombre: "y tan guapo como tu papá". Al llegar a su casa, el niño les cuenta a sus padres de su encuentro y les dice: me dijeron que era tan estúpido como mi papá y tan feo como mi mamá". 
 
(Así es como funciona la connotación.)

 




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Está interesante lo del

Está interesante lo del análisis del discurso. Pero recordemos que Narro ocupa una posición política y como tal sus declaraciones deben serlo. No es un académico. Finalmente, en efecto, sobre la exención de impuestos, la opinión vertida se basa en análisis causales de economía básica.. el problema es mucho más profundo. http://societyandeconomics.blogspot.co.uk/2011/06/el-problema-de-la-educ...